Como esas nubes que siempre ves,
Los senderos se encuentran incompletos.
Sin sentidos ni direcciones que enfrentar.
Sin señales o carteles que ayuden su armar.
Como ese cielo, que rompe en rojo cuando lo necesitas.
La vida que lleva a estas medidas de amor insignificante.
Medidas con tintes de te extraño, te necesito.
Con el corazón en las manos, probando dolor sin razón.
Como los días que nacieron para jamás terminar.
La memoria que el cerebro puede atrapar y codificar.
En las fragancias que sus abrazos suelen destilar.
Son solo guerras que uno quiere intentar ganar.
Como los pies que arden de tanto bailar.
Donde uno se esmera por lograr lo imposible.
Con ánimos en barriles de cerveza añeja.
Con ganas inacabables para escribir de vos.
Como el mundo que nos rodea a los dos.
Frágiles de la locura que se esconde allá afuera.
Mejor quedarse dentro, donde nadie nos puede dañar.
Pues pienso reposar en tus piernas toda una eternidad.
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