viernes, 24 de junio de 2016

Tiempo para dos.


Recuerdo aquella vez tomados de las manos, junto al fuego de aquella vela, que el amor volvió a visitar mi corazón. Me contaste que querías sinceridad y que nunca ibas a ocultar nada de vos en mis manos. Y yo no supe que más hacer. Intenté inmortalizar el momento en un beso pero me di cuenta que no era así como se inmortalizan las cosas.

Entendí que inmortalizar es la acción de grabar a fuego el cariño que me das. Que era mucho más puro y hermoso el camino que llegaba a vos. Que no son tan largas las horas que espero para hablar con vos. 


Entendí que un corazón no se convence con besos. Que mi corazón necesitaba saber como abrazar al tuyo y poder completar cada espacio que el tuyo quisiera dejarme ocupar.

Entendí que el brillo de tus ojos es único. Que tu cabeza emana pensamientos que enamoran y que sólo algunos podemos escucharlos porque son los que queres que sigan a tu lado. 

Y en una noche de frío, sin trago con helado y de primeras citas,  entendí que tu corazón merecía mucho más que un beso. Necesitaba un compañero que sangre a su lado y por sobre todo, paciencia para poder sanar de la mano.

Aquella noche volví a verme bien después de mucho tiempo. Recupere una parte de mi que pensé que ya no iba a volver. Fue doloroso recorrer tanto tiempo solo para sanar. Pero finalmente aprendí que hoy solo quiero estar en tus días..
Porque quiero que vos estés en los míos. 

No hay comentarios.: