Me encuentro en este palier pobremente iluminado.
Me encuentro buscando una puerta para abrir.
Buscando solucionar las esquirlas que quedaron con el tiempo haciendo un daño más profundo aún.
Hay una puerta que abre deseos.
Desarma las tensiones y las convierte en lujuria y placer. Transforma cada sentido del cuerpo en armas que desnudan cualquier pared del mundo.
En frente, una puerta que abre angustias.
Momentos difíciles que quizás nunca supere atormentan esa puerta para escapar de adentro.
Justo a la derecha, todos los temores.
Miedos que no pueden ser superados pero que si fueron hechos con algún motivo. Pueden tomarse como advertencias o como pruebas para superar obstáculos.
A mis espaldas sobre el final del palier, una puerta alta y angosta. De esas que parecen un pasadizo a un callejón vacío. Esa puerta oculta los amores. Los lugares que mi corazón supo tocar pero no sabe como olvidar.
El problema es que existe una puerta que llega a resolver todos los problemas. O por lo menos a intentar explicarlos de manera casi total. Tiene dentro cautiva un alma que es tan pura que jamás podrá ser lastimada.
Todos deben encontrarla. Les deseo el mejor de los augurios para ubicarla.
Y es que esa puerta, lleva a tu corazón.
Porque esa puerta se dirige a vos.
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