lunes, 25 de diciembre de 2017

Soñé con vos.

Me desperté sintiendo un llanto. Uno muy similar a los del pasado. Aquel pasado que yo intentaba sanar tus heridas con mi bondad y tu confianza no resignaba ni un espacio para mi dignidad. Cuanto mas lo intentaba, mas me ahogabas en tus lagrimas.

En mis espacios siempre atendía tu auxilio de dolor. Me implorabas amor y yo te daba todo de mi corazón. Hasta eliminaba mis dolores para poder entender los tuyos. Poder concentrarme en tus puntos de luz para hacerlos brillar y que no tengas otra cosa mas que estar en paz.

Salimos del mismo lugar. Nos sentimos totalmente desolados a la hora de nuestros descontentos y fuera de lo que fuimos y lo que hoy somos, lo cual es nada, solo siento tus llantos como escalofríos en mi corazón. Como momentos que parecía que me merecía tener que vivir para tener tu amor.

Entre tanto dolor, espero que hayas encontrado un corazón que te entienda. Alguien a quien le queden bien tus gestos de princesa y tu suave y fina esencia de mujer. La que compartiste conmigo mientras preparabas el próximo capricho para presentarme por no quedarme hablando por teléfono toda la noche.

Aún me despierto asustado de no poder tenerte a mi lado. Pero desde lo cristalino que es mi corazón, mi presente no te olvidó. Te admiré, te presté todo de mi y aún asi tus temores me persiguen por no poder estar. Sos como un dejavu de una pesadilla que se esconde entre mis almohadas y en mi esencia todavía brotan tus lágrimas.

Espero que estés bien. Ningún papel con tu nombre en mi frizzer va a cambiar este destino difícil de borrar en mi. No puedo volver a mí ciudad por temor a volverte a ver. Pero yo sé que voy a estar bien. Cómo espero que vos también.

No hay comentarios.: