miércoles, 25 de enero de 2017

Sala de espera.

A veces, el tiempo pasa.

Suceden cosas inevitables. Nos sentimos más maduros que ayer, evolucionamos a otra clase de persona. Sentimos, sufrimos y superamos. Nos caemos y levantamos.

Cosas que siempre van a pasar porque es la simple ley de la vida. Si te detenes a pensar, ahí es donde la embarras. Intentar forzar a un río que caiga desde una montaña sin un poco de hielo que lo embeba, es un poco similar a forzar el destino.

Y es que cada cosa tiene y debe ser como se encuentra aquí. Como lo que aprendimos todo este tiempo que paso. Lo que sentimos evolucionar en nuestro interior y lo que dejamos para no perder el tiempo.

Fuera de esto, siempre estas vos. En cada fragmento de segundo, una veloz imagen de tu inexplicable belleza recorre cada espacio de mi mente. Como si fuera un momento tomado de esta mañana, en la cama.

Intentar superarte, aquí ya no tiene maña. Por más que mire los kilómetros caminados, no logro vencerte. Y créeme que lo intento. Por tu bien. Por el mio. Pero no puedo perderte.

A veces el tiempo pasa.
Pero los amores de verdad, permanecen en su sala. Esperando su turno. Durante todas las mañanas de mi esperanza.

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