jueves, 14 de septiembre de 2017

¿Querés ser mi musa?

En lo difícil de interpretar las señales que ella da, suelo encontrar un poco de consuelo en su ternura. Entre su complicada forma de ver las cosas, hay una razón por la cual seguir en pie mirando la galaxia en sus ojos crecer y seguir adelante. Una manera sutil de entender el cariño que en el mundo hay y el cariño que su corazón puede dar es completamente diferente.

Yo por otro lado, me encuentro en paz. En mi ser y en mi lugar. Entonces lo que hago es seguir adelante contemplando las cosas que me hacen bien. Que me completan y que me dan para alimentar lo mucho que tengo para compartir. No soy más que mi propia y noble razón para estar feliz. Y aún así, me involucro tanto en tu sonrisa que cuando no la encuentro, más la busco. Como aventurero en una selva llamada amor buscando la salida o el portal de entrada al nuevo mundo. A la forma de ver las cosas, tus cosas.

En los relatos siempre hay temor, un cierto grado de incertidumbre que me hace replantear las formas de ver las cosas. La catarsis que genera la revolución en mi cabeza se hace presente en mi ser y entre los objetivos que hoy coronan mi corazón, estas vos. La razón para lograrme sentir útil constantemente en tu sonrisa y verte despertar cada mañana a mi lado y acariciar tu esencia aunque sea por un mensaje de texto después de días de esperar tu respuesta.

La templanza, la paciencia y el amor llevan a buen puerto. Es un camino que toma tiempo recorrer, pero que me gusta mucho disfrutar por lo que es. Por lo que sos. Por lo mucho que siento cada vez que estoy a tu lado. Aunque fuerce tus ganas de responderme, siento tus energías hacerse presentes en mi.


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