Por miedo a la soledad, te quedaste vacío.
Fuiste parte de amistades que no valen ni un pasado. Destruido para volver a armarte y con esquirlas en la espalda de la gente que te daña te esmeraste en sacar todas las dudas de la vaina en una espada sin filo que corto con tu propia ternura.
Por miedo al temor, hoy transpiras el frío.
Te sentiste atrapado y a la vez cautivado. Victima de un lamento ajeno que te hizo prisionero de esta celda llena de sentimientos perpetuos. Mientras de a ratos tu cuerpo flotaba, hoy en la nada se encuentra varado como barco sin hundirse y sin Capitán a su comando.
Por miedo al amor, no arriesgas ni a un suspiro.
Cuando nunca disfrutaste lo bien que te sentías, hoy caminas sobre duelos jamás terminaron. Pues detrás de tu verdad se oculta tu cordura donde no puedes superar tal angustia que hoy te hace esclavx de todas tus dudas.
Por miedo al reloj, hoy estás en el pasado.
Sin presentes ni futuros que te aplaudan un segundo. Cómo ritos que arrancan cada cara de tus estados y te mueres lentamente cuando sabes que de ti ya se han olvidado. Ante vasos sin hielos que aún no se han acabado, vuelves rápidamente a dudar de tu espacio y tus pasos.
Sin miedos nadie vive. Pero como la vida es una sola, basta de miedos ya bailados. Cómo tangos que someten esos cortes bien armados y arremeten sin paciencia a este pobre desgraciadio que sin gracia hoy te cuenta su único descargo de poderse superar para recuperar su tiempo mal gastado..
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario