jueves, 1 de agosto de 2013

Almohadas.

Me acuesto tarde porque ya no se como acomodar las almohadas.
No se como ponerlas para que simulen tu silueta.
Cómo hacerlas conversar, cómo enseñarles a tomar mi mano.
O poder contemplar a su suave e incomparable cabello.

Donde encontrar sus mejillas para acariciarlas.
Darle un latido de increíbles sensaciones a su oído.
De que manera cambiar mi posición para volver a besarlas.
Y volver a cambiar de posición, una y otra y otra vez.

Poner un lindo tema para cantarle a su corazón de plumas.
O acomodar el almohadón que se encontraba detrás esa noche,
para abrazarlas como si pertenezcamos a un rompecabezas.
Un rompecabezas de piezas frágiles, perfectas e interminables.

De que manera arroparlas, con que fuerza aprisionarlas.
Respirar profundo para perderme en el cariño que sus ojos llevan.
El cariño que ahora me atrapa, que me hace soñar.
Que tan poco busqué, pero con tanta suerte encontré...

No hay comentarios.: