Mi suerte estaba hechada,
la tuya estaba a un paso de hacerlo.
Creo en tu dios, tu religión y tu pasado.
Pues soy victima de tu presente, tus pecados y tus desafios.
Casi un físico, pero peor que un apostador,
sigo dependiendo de tu suerte en el paño.
Cada dos veces que te debo un "te quiero",
son tres veces las que te fío un "te extraño".
Si mi rutina sigue así con su agonía,
entonces ya no tengo almohada en la cual soñar.
Para desafiar a la distancia en razón del tiempo,
suelo visitar los momentos para afinar.
Las seis cuerdas ya no cubren tu vibración,
porque sin darme cuenta, mi celular dejo de sonar.
Voy a dejar este tiempo de misericordia
y rogar por mi ansiedad y soledad.
Cuanto tiempo mas vas a esperarme, esperanza.
Solo lo que el reloj acuñe en su realidad.
Una de millón son las chances de ganar.
Vos en mi uno, yo en tu millón.
Esta escala de valores nunca va a triunfar.
Pero esta suerte todavía no deja de rodar.
Y así volveré al principio de mi destino de cartas,
solo esperando a tu suerte, para brindar.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario