algún que otro relato mío escrito en varios minutos del insomnio.
Y, sin buscarte, apareciste.
Un sueño a quien confiarle mis hazañas y pecados. Relatarle mis días de soledad alejada, comentarle que no me sentía de ánimos para nada y charlarle que gracias a él, yo al fin me sentía cómodo.
Pero esos deseos que tantos pedían frente a una fuente, solo me escucharon a mí sin siquiera haber tirado una moneda. Luego de haberte soñado tantas noches y vivir del insomnio, allí estabas. Dispuesta a escuchar a una persona que no era de tu reino, del de los preconcientes.
Pero, ¿Por qué fue que te soñé y no te pedí como deseo?
Siempre pensé que esos sueños eran de los fáciles de olvidar para dejar de sangrar, es que realmente nunca necesite de olvidarlo. Hay veces que se los regalaba a cualquier mendigo de por ahí a cambio de una sonrisa pero esta vez no fue así.
Y, de un instante a otro, este sueño se convirtió en palabras. Palabras y besos de despedidas con lagrimas escondidas en las mejillas y un hasta luego era para mantenerme en pie mientras me marchaba del lugar. Es que apareciste vos cuando yo solo hice lo mismo que hice todas mis noches.
No solo eso, tras personificarte después de haber sido un sueño, me quitaste palabras de la boca que ni siquiera yo conocía en un solo tirón. Me bastaban los motivos y los acordes de la guitarra para saber que estaba enamorado de vos.
Te cansaste de lograr tanto en mí que hasta escribiste una receta para que no pierda las esperanzas, para ser paciente del tiempo y para hacerme sentir en un sueño tal como vos lo eras antes de tu transformación.
Pero que osadía, tantas sonrisas y enseñanzas no siempre me dejaban un paracaídas en el avión. Entonces me ofrecí ciegamente no me quedo otra cosa más que soñarte día tras día para verte, porque esta distancia de caminos no me deja vivir el momento... o quizás sí.
Y, sin buscarte, apareciste.
Un sueño a quien confiarle mis hazañas y pecados. Relatarle mis días de soledad alejada, comentarle que no me sentía de ánimos para nada y charlarle que gracias a él, yo al fin me sentía cómodo.
Pero esos deseos que tantos pedían frente a una fuente, solo me escucharon a mí sin siquiera haber tirado una moneda. Luego de haberte soñado tantas noches y vivir del insomnio, allí estabas. Dispuesta a escuchar a una persona que no era de tu reino, del de los preconcientes.
Pero, ¿Por qué fue que te soñé y no te pedí como deseo?
Siempre pensé que esos sueños eran de los fáciles de olvidar para dejar de sangrar, es que realmente nunca necesite de olvidarlo. Hay veces que se los regalaba a cualquier mendigo de por ahí a cambio de una sonrisa pero esta vez no fue así.
Y, de un instante a otro, este sueño se convirtió en palabras. Palabras y besos de despedidas con lagrimas escondidas en las mejillas y un hasta luego era para mantenerme en pie mientras me marchaba del lugar. Es que apareciste vos cuando yo solo hice lo mismo que hice todas mis noches.
No solo eso, tras personificarte después de haber sido un sueño, me quitaste palabras de la boca que ni siquiera yo conocía en un solo tirón. Me bastaban los motivos y los acordes de la guitarra para saber que estaba enamorado de vos.
Te cansaste de lograr tanto en mí que hasta escribiste una receta para que no pierda las esperanzas, para ser paciente del tiempo y para hacerme sentir en un sueño tal como vos lo eras antes de tu transformación.
Pero que osadía, tantas sonrisas y enseñanzas no siempre me dejaban un paracaídas en el avión. Entonces me ofrecí ciegamente no me quedo otra cosa más que soñarte día tras día para verte, porque esta distancia de caminos no me deja vivir el momento... o quizás sí.
2 comentarios:
sos un hermoso amigo. hace tanto que no te leía que no vas a sacar quién soy. la magia del anonimato.
espero algún día ver esos enamoramientos , y sentarme contigo y verte tocando la guitarra (finally)
vivir a lo gran friends.
te aprecio y te quiero desde que vivía en el norte neuquino.
vivir a lo gran friends me dio una pista interesante. sin contar que no conozco a tanta gente del norte neuquino. muchisimas gracias muñe, también te quiero!
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