Me encontraba en una cervecería de esas que están de moda hoy en día. Estaba en la entrada arreglando algo irreparable con cinta de papel y alambre cuando sentí un suspiro pasar por mi espalda. Me di la vuelta y quedé sin habla. Eras vos qué estabas brillante de alma.
Parecía que te conocía de toda una vida. Me quede tomando medidas con mi mente de porque me sentía así con tan solo verte. En el ruido de la multitud, un silencio se hizo latente en mi frente. Me pare y caminé hasta vos con la sonrisa presente.
Estuve a tu lado esperando a que me visualizaras. Nos conocíamos de toda la vida, pero era mejor volver a conocerse desde cero. Como si hubiera un lazo único que aún nos unía, pero con el saber que pasaron años y nuestras realidades cambiaron.
Entonces te invite una risa. Me respondiste con otra. Estuvimos entre miradas con brillantes ojos. Nos encontramos en un momento de esos que nos hacían inmortales. Te abrace y mi cara tomaste. Me besaste como el último instante que recuerdo con vos entre mis estantes.
Fue un sueño. Me desperté para meditar y mandarte mis energías. Para darte las gracias por haber pasado a saludarme. Te extraño como nunca extrañé a nadie. Pero debo estar tranquilo ya que el universo será quién determine nuestro destino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario