domingo, 18 de febrero de 2018

Inocentes para siempre.

Cómo niños sin placebos para ser felices, utilizar un recurso esencial como la memoria de nuestra niñez que transporta nuestra mente a lugares inimaginables puede ser un buena forma para volver a encontrar el camino.

Así es como llegas a cuando te encontraste el primer billete de 10$ tirado en la calle y saliste corriendo a comprar todos los caramelos que te alcanzaban porque te creías la persona más rica del mundo.

O cuando entraste a un parque de diversiones por primera vez y hasta la cuarta no te animaste a subirte a la montaña rusa porque no sabías si ibas a poder con tanta adrenalina.

Jugaste en la plaza del barrio a las escondidas conociendo tus primeros amigos que aún algunos están en tu vida y aguantabas hasta tu respiración para no ser encontrado.

Hiciste cosas que no sabías porqué las hacias y es porque eras puramente inocente. Porque no tenías la noción de las cosas que tenés ahora. Y poco a poco caes que dentro de nosotros, está esa libertad de ser un niño. Esta ahí escondida, esperando a que te den un recuerdo de allá cómo el que la chica que me gusta me dió con solo escribir un pedazo de papel que me dejaba un beso detrás de la barra.

Nuestra historia nos trajo hasta acá.
Invita a tu memoria a ser parte de esto cuando pierdas el camino y recordá que saliste de cualquier apuro caminando con una sonrisa en la cara y lo más importante de todo, siendo un nene totalmente inocente.