Después de caminar por los costados del mundo, una consciencia intenta volver a respirar. No puede acabar con los calambres que en los pies tiene por intentar seguir adelante sin tener que mirar atrás. Porque si así lo hiciera, el camino se alargaría y los corazones no se enfriarían.
Entonces, ya cansado de intentar volver a empezar, se digno a perderse eternamente entre los vestigios de amor que entre ellos dos lograron cosechar. Tratando de gritarse por dentro que no debía recurrir a ciertos estigmas que ya nada tienen de presente. Excepto en la cabeza que tan en contra le jugaba durante dichos pasos y caminos.
Lo importante de todo, es que la solución ya se encontraba escrita. A veces, en la ceguera que el amor y el desamor invoca, el hombre pierde toda razón y noción de tiempo. Nada puede llenar un hueco que fue cauterizado al sacar la flecha en pleno campo de batalla. Entre peleas y te amo. De no te entiendo.. pero te extraño.
Volviendo así sobre los pasos que sus ardidos pies habían dolorosamente avanzado, dicha consciencia volvió a visitar sus prosas con ritmos. Reviviendo lo que sus latidos habían vibrado en aquellos momentos. Quizás entendiendo la naturaleza que la vida tiene. Tratando de solo quedarse con lo mejor de ellos dos.
Después de todo, el universo está en constante movimiento. Como nosotros también lo hacemos. Como cada corazón en cada rincón del planeta.
Como vos y yo, encontrándonos en el pasado.
Como vos y yo, dejándonos de lado.
Como todas las cosas que dependen del tiempo.