"... Y que la ética esté presente en su vida como el éxtasis que proporcionan las más alegres composiciones barrocas: felicidad y bien, como origen, como medio y como finalidad concretada en el universo interior y exterior, en la contemplación de claros de luna y en el calor irradiado por nuevos soles, en la compañía de los hombres y de las mujeres. En fin, en la percepción de que, como centellas divinas , hemos llegado aquí para que el arte de vivir deje en los acordes de la sinfonía de la existencia un legado de amor y de luz. "
Gabriel Chalita.
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