La vida cambia constantemente al igual que nosotros, pues nos acompañamos mutuamente en esa marcha. No existe nada en el Universo que sea estático y eterno. Nos encontramos sentipensando rareza y confusión de un mundo en el que ya no podemos dar nada por sentado. Estamos caminando sobre baldosas que están en constante movimiento, mientras fragmentos de nuestro antiguo personaje interno poquito a poquito se van derrumbando como piel muerta. Sí, lo sé, es complejo; pero al mismo tiempo necesario.
Quizás sea un buen momento para bajar las barreras, para ser sinceros con nosotros mismos y con los demás, para mostrar la vulnerabilidad de no saber para dónde salir corriendo. Permitítelo y permitíselo a los otros también. Hay mucha confusión y contradicción, mucha añoranza de todo lo que se ha perdido en este tiempo (personas, trabajos, vínculos, objetos, de todo). Tal vez incluso mucha nostalgia de lo que éramos un tiempo atrás, de lo que era el mundo. Sin embargo poco a poco tendremos que ir despidiéndonos de eso porque ya nada será igual.
Los eclipses de sol marcan inicios, sí…pero primero necesitamos duelar y despedirnos de una vieja versión de nosotros mismos que nos ha estado abandonando hace tiempo. Honremos la valentía que hemos tenido y también por qué no, la cobardía. Rememoremos, duelemos lo que estamos cerrando y dejando ir; pero después tocará seguir y poner manos a la obra para abrirnos a lo nuevo.
Silenciate un rato si lo necesitás. Solo en el silencio podrás escuchar tu verdadera voz y allí crear algo diferente. Solo en el silencio hallarás la libertad de hablar con tu corazón, con tu alma entera para que te dicte el camino correcto.
