viernes, 17 de enero de 2020

Emociones.

La desesperación hace que nos arrollen por encima las sensaciones que menos experimentamos. Normalmente, cualquier emoción que no frecuentamos día a día, hace que nuestros sentimientos se desarmen en un solo vibrar de cuerda. Como cuando un mosquito se acerca: nuestras manos van hacia el porque la desesperación encuentra pánico en su emoción.

Es ahí donde empiezo a volverme más metódico en mis sensaciones. Quizás es mejor reconocer porque existe desesperación en nosotros.

Por ejemplo: no entiendo porque esta soledad me sienta bien en mi interior. Pero no necesito de nada ni de nadie para resolver mis problemas y me proclamó el Rey de mi propio castillo. Claro está que los castillos tienen que mantenerse en pie en tiempo de guerras. Pero yo lo veo como mi fortaleza humana inquebrantable, aún así donde las guerras puedan ser perdidas..

Dónde las decisiones propias empiezan a hacer presión sobre nuestra voluntad y ganas de vivir, las realidades se hacen tiempo presente. Los colores al fin brillan con intensidad y nuestra sangre fluye como la fotosíntesis en las flores al primer rayo del sol.

Es tan natural verse frágil por no recibir un mensaje, por extrañar a una persona o por no llegar a fin de mes que no reconocemos que la emoción es miedo. Y es un estado supremo de ansiedad constante que experimentamos todos los días sin ser conscientes.

Lo importante es reconocer la emoción.
Y luego, trabajar sobre ella en nuestro interior.
Somos desesperados constantes.
¿Porque no en paz estable?