O buenas noches.
Cual quiera que sea la introducción a tu dulzura, quería decirte que tú energía me hace único. Me sorprende cuánto puedo dar de mi cada día pensando en el solo objetivo de algún día volver a verte y abrazarte para que sientas mi corazón latir en mi panza y entiendas que es lo que provocas en mi.
Un fuego inexplicable.
Una inminente sensación que recorre todo mi cuerpo y me hace prisionero de escuchar tu voz una y otra vez decir "tú puedes". Pues, tu eres esa musa encantadora que me da las ganas de escribir cada renglón de mi vida con la sangre que fluye en mi corazón cada día.
Desde entonces, resulta un poco difícil intentar explicarte esto a los ojos. Estás lejos de mi y no quiero alejarme de vos ni un segundo. Pero tengo miedo de que sepas que soy vulnerable a vos. Que sepas que soy frágil como copa de cristal que cae desde un árbol a un suelo de mármol recién colocado.
Ese calor que siempre empieza a aparecer, se llama magia. No siempre se siente y es por ello que nos encanta experimentarlo como un recuerdo eterno. Cómo esas explicaciones que nunca vas a dar de porque leíste de nuevo toda la conversación 4 veces o porque miraste esas fotos hasta que el sueño se haga presente.
Hasta ahora lo único que puedo decir es gracias por dejarme ser parte de vos. Disfruto mucho tu sinceridad y se que tu cariño es muy especial para mí ser. Y espero que sepas que lo escribo así porque espero que sepas que soy yo escribiendo esto para mí mismo..
Porque no hay valor más absoluto que quererse a uno mismo.
Tomate un momento y date las gracias por ser vos mismo.
Abraza tu presente, siente tus latidos.
Eres tu propia luz que alumbra tu camino.