Desde el interior se sopesan las realidades que uno tiene entre sus virtudes. A veces pensamos que sabemos que hay dentro de nosotros pero siempre olvidamos que las ideas nacen sin pensarlas y algunas de ellas, pueden ser un problema.
En el fuego del papel que ardía en esa esquina, se quemaban las ilusiones de su amor. Veía como se despedía de ella por haber estado tanto tiempo encerrado en su amor. Por haber querido ser una historia a su lado de felices para siempre que terminó hace un par de años cuando dejaron de verse.
En ese papel, había una carta llena de pensamientos que debían liberarse de su interior. Una carta en la cual te encuentras hablándote a ti mismo. Diciendote la verdad de tus problemas. Explicandote que no hay que guardar tantos karmas ajenos para compartir una vida.
En esa carta, el inconciente te desarma. Se te hace visible en tus manos y no entendés porque había tanta razón ahí almacenada en tu interior. Era solo cuestión de decírtelo a vos mismo. De leerlo con tus propios ojos y entenderte porque estás ahí estancado en ese momento. De porque no podés dormir tranquilo sin depender alguna pastilla o botella. De porque no estas en paz cuando en realidad, si lo estás.
A veces hay que hablar con uno mismo. Recomiendo el ejercicio de escribir una carta para vos y que te sientas vulnerable de vos mismo. Es necesario entender que las desiciones para estar bien solamente nacen de uno. Porque ahí se encuentran esperando a ser tomadas.
sábado, 31 de marzo de 2018
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